BIBLIOTECA POPULAR de SAN MARCOS SIERRAS

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sábado, mayo 26

ACTIVIDADES DE ABRIL 2007

Boletin de Abril

Editorial
LA LARGA DICTADURA DEL OLVIDO

En la historia no hay eslabones sueltos; todo forma parte de la larga cadena de hechos, sucesiones de causas y consecuencias que produce una cultura en si misma o en contacto con otras. A la vez cada efecto es una nueva causa hilando así el destino de los pueblos, tejiendo un tapiz que nunca se termina. Tomar conciencia de esto es determinante, porque la memoria es un valor inapelable para construir una sociedad. La memoria es transformadora, reveladora, es avance puro. Es un juez inflexible con los protagonistas de la historia y todos los pueblos de la tierra necesitaron plantarse sobre ella para sostener su desarrollo. El olvido es estancamiento, repetición de errores y como consecuencia la muerte de una cultura. Hay una famosa frase: “Los pueblos que olvidan su pasado están condenados a desaparecer...” Desaparecer..... Cómo resuena la palabra. Desaparecer ha sido una práctica constante de las clases dominantes a lo largo de nuestra historia. Desaparecer la verdad, desaparecer la historia, desaparecer culturas; desaparecer personas. Manipular la verdad, ocultarla, matar la memoria y hacerla cautiva de sus intereses. Cometer el crimen y después contar una mentira sobre él es doble crimen; pero es lo que hacen casi todos los asesinos. Y esto ocurrió una y otra vez en la complicada vida de nuestro país. Es sistemático que la historia oficial cuente un cuentito infantil de nuestro pasado, que se aprende a partir de la escuela, transformándonos en eternos niños. La verdad es un fantasma repudiado y rechazado, da miedo, es difícil de tragar y digerir y provoca en la mayoría un rechazo que los hace reaccionar como soldados adoctrinados defendiendo hasta con rabia la mentira que les impusieron los dominadores para someterlos. Pero la verdad, como la vida siempre se abre camino, raja la piedra y brota como esas florcitas en medio de la montaña.
“Siempre hemos tenido un enemigo interno de turno” dice la antropóloga argentina Diana Lenton desde un reportaje que aparece en un diario y que llegó (causalmente en el momento justo) mientras cavilaba sobre estos temas para ayudarme a escribir esto. Es decir, siempre se atentó contra el pueblo y luego, claro, contra su memoria. Repito: El crimen se comete dos veces. Desde hace 150 años ( con la formación del estado-nación con Roca-Sarmiento-Mitre). El estado como representante de una clase dominante que consideró a los distintos enemigos de turno: los indios, los gauchos de la pampa, los caudillos del norte, la barbarie, los cabecitas negras, los estudiantes, los de pelo largo, los que pensaban en un país más justo, los villeros, los piqueteros. En fin, el pueblo, los que ellos consideraban diferentes, grupos que entorpecían sus planes de dominación. Y no escatimó esfuerzos para destruir a ese enemigo, sacarlo del medio. Tortura, genocidio, engaño, propaganda y olvido. Esto sin agregar la conquista española y su inquisición para justificar las atrocidades.
Vuelvo a Diana Lenton : “ Hay documentos de 1879 que describen campos de concentración y prácticas de tortura.” Luego de la campaña al desierto el genocidio continuó llevando a los indios en largos peregrinajes a pié donde los que no morían de hambre eran asesinados en el camino, en especial las mujeres y los niños. “En Martín García fueron alojados entre 10 mil y 20 mil personas en 1879....hubo que habilitar en poco tiempo dos cementerios especiales.” ¡Qué llamativa similitud con las prácticas de la dictadura del ’76! Y hay más; Roca insistía en una serie de telegramas enviados al Gral. Villegas luego de la victoria militar en el desierto que “....hay que seguir con el escarmiento a los indios; hay que llevarse a esa gente lejos y que sus familiares, si quedan, no sepan dónde están.....” Además había que ocultar la verdad del latrocinio humano a las pocas voces críticas que había. Aristóbulo del Valle dijo en 1884 desde la oposición en el congreso Nacional, cuando Roca proponía repetir la campaña del desierto en Chaco: “ Hemos reinsertado la esclavitud, la trata de blancas. Hemos convertido a los ancianos, las mujeres y los niños en botín de guerra....todo lo que no queríamos para nuestra sociedad.” Algunos hasta hablaron de “crímenes de lesa humanidad” así textual. Pero el poder estaba ya muy bien preparado para acallar esas voces, para matar la memoria y aparecieron los partícipes necesarios para imponer el pensamiento unificado. Las campañas de prensa y la desinformación, la vista gorda de la mayoría de la clase política. Periodistas, hombres de negocios, la iglesia, escritores; todos avalando con su voz o su silencio las matanzas, en especial al la hora del reparto de la torta.
Quizás entonces, la consecuencia más grave no es sólo la desmemoria que reina sino la legitimación que las mayorías hacen a favor de las minorías. El terrorismo de estado fue legitimado por las mayorías. “Existe una predisposición a aceptar que el que manda puede hacer lo que quiera.” comenta Diana Lenton. Clarísima lógica de lo impuesto: el que domina atraviesa el sentido común de gran parte de la sociedad para que defienda como propios los intereses que les son ajenos. Y agrega Lenton: “Una característica de los regímenes de terror es la definición previa de que un grupo será perseguido como enemigo, no ya del sistema político imperante, sino a favor de la humanidad y la civilización.”
Pero siempre hay una verdad que surge de la realidad objetiva. Si se mató, torturó, robó y violó para instalar un sistema político-económico aun hoy vigente, no hay otra verdad que cambie o justifique esa verdad original. Les guste o no a quién sea estas democracias han sostenido ese plan y por lo tanto son cómplices de esa verdad. Porque aunque hoy se muestren gestos de la memoria desde el estado ( bienvenidos sean ) muchos sentimos que les atrasa un poco el calendario, porque fue el sistema democrático el autor de la obediencia debida, el punto final y los indultos. Sentimos que los organismos de derechos humanos han luchado en absoluta soledad para mantener firme la memoria y revelar la verdad, mientras los discursos políticos de las democracias hablaban de reconciliación, de mantos de piedad, de mirar hacia adelante, en fin hablaban de olvido.
Sólo desde los derechos humanos hemos sostenido que sin memoria no hay justicia.
Y la lucha sigue más vigente que nunca. Ya logramos que asomen ciertas verdades; ya no se habla de una guerra, de “algo habrán hecho”. Pero falta. De los 3.000 militares genocidas sólo el 10% fueron procesados y muchos menos condenados a pesar de las miles de pruebas y testigos. Identificar a los innumerables colaboradores civiles y la anónima mano de obra torturadora y asesina. ¿Y Julio López? Su secuestro y desaparición demuestra cabalmente que el aparato represivo no está desaparecido. Los desaparecedores siguen en guardia, vivos y listos para seguir torturando y desapareciendo personas. Por eso la justicia debe seguir siendo la voz que se eleve sobre todas las voces con sus consignas: DESMANTELAMIENTO DEL APARATO REPRESIVO Y QUE TODOS LOS REPRESORES Y ASESINOS SE PUDRAN EN LAS CÁRCELES COMUNES.
Concierto de “Arbolito”

El 14 de abril recibimos al grupo “Arbolito” quien brindo un recital a beneficio de la biblioteca.



Proyección de documentales y debate


La Corporación (3ra parte)

El 31 de marzo del 2007 se proyecto esta película producida en Canada y basada en el libro del mismo nombre, escrito por el también director de la película Joel Bakan, promete convertirse en un nuevo "Bowling for Columbine".Se analiza el comportamiento de las multinacionales.


Iluminados por el Fuego

El 2 de abril vimos la película que narra los recuerdos de Esteban Leguizamón, un hombre de 40 años que, en 1982, cuando tenía tan sólo 18 años, fue llevado como soldado conscripto a combatir en las Islas Malvinas.

Quien mató a el auto electrico?


El 7 de abril vimos este documental : en 1996 la firma General Motors (GM) sacó a la calle el EV1 alcanzaba una velocidad máxima de 128 kilómetros por hora, tenía una autonomía superior a los 100 Km., podía acelerar de 0 a 100 Km./h en menos de ocho segundos y, por sobre todas las cosas, era un coche eléctrico.